No esperes que tu amante sepa qué te gusta en el sexo y qué no, no esperes a que el otro adivine cómo funciona tu respuesta sexual
Utiliza el lienzo entero. Empieza por arriba y ve hacia abajo. Trazos suaves, ligeros. ¡Perfecto! ¡Impresionante!
Ahora prueba con trazos más largos. ¡Perfecto! (casi en un desmayo). ¡Oh, Dios, oh, oh!
DEXTER:
Sabes lo que quieres, ¿verdad?
LILA:
¿Te ha molestado? A muchos les molesta.
DEXTER:
No. Los manuales de instrucciones me parecen muy útiles.
LILA:
Bien. Tu turno. ¿Qué es lo que quieres?»
La escena pertenece a un episodio de la serie Dexter.
Llama la atención la seguridad con que Lila guía al chico, sin dejar de ser sensual y el modo en que él se deja guiar.
Me gustaría entender por qué es tan difícil para la mujeres pedir lo que desean y para muchos hombres, como dice Lila, aceptar algunas instrucciones sin sentirse heridos o inseguros.
Claro que es imposible guiar al otro si ni siquiera tú conoces el territorio. Por ello, el primer paso es explorarse y conocerse. Y el segundo, aprender a pedírselo al otro, en lugar de esperar a que se convierta en adivino.
La escena es mucho más creíble que la de chico y chica sufren un flechazo y todo sale bien a la primera, sin necesidad de más explicaciones. Y aunque se acerque más a lo que debería ser, no se pierde la magia del momento ni deja de ser excitante y divertido.
De modo que tomemos nota de Lila. Pregúntate, pregúntale: ¿Qué es lo que quieres?
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