Cuando hace unos años me dispuse a escribir Encuentros con chispa (fue publicada por el sello Debolsillo bajo el título Encuentros en una agencia matrimonial), no imaginaba que fuera a realizar tantos descubrimientos sobre la búsqueda de la pareja «adecuada». El ideal romántico nos ha llenado la cabeza de mitos e ideas preconcebidas que solo pueden conducir a la infelicidad.
Encontrar un amor
A casi todas nos ha pasado alguna vez, ¿verdad?: nos hemos empeñado en estar hechas a la medida de un hombre que no nos conviene, que nos hace daño o que ni siquiera existe. Y no es que seamos especies extrañas, ¡qué va! Estamos rodeadas de parejas cuya relación no es, precisamente, digna de envidia.Por eso me sorprendí tanto al conocer a los protagonistas de relatos como los que he recopilado en este libro que ahora se encuentra en edición digital: entre aquellas personas había ese «algo» especial que todos deseamos hallar en una historia sentimental. Pero, además, sus testimonios hicieron añicos unas cuantas creencias sobre ese asunto de la media naranja. Cuando decidieron tomarse en serio la búsqueda del Amor, descubrieron que la pareja ideal no existía, pero que podían encontrar a la persona adecuada. Tenía que haber química, por supuesto. ¿Y después? Trabajo, mucho trabajo.
La pareja ideal
En general, tenemos en mente una imagen del tipo de persona con la que desearíamos compartir nuestra vida. En ella solemos buscar cualidades que «nos faltan», que nos gustaría tener, o alguien que se nos parezca mucho para compartir aficiones, proyectos y temas de conversación. Porque esa es una de nuestras creencias erróneas: que los polos opuestos se atraen.Lo cierto es que las personas muy diferentes tienden a distanciarse. ¿Para qué vas a salir con un amante de la montaña si a ti no hay quien te saque de la playa? ¿Cómo puedes compartir tu vida con un hombre de costumbres convencionales si tú estás deseando hacer las maletas y dar la vuelta al mundo una y otra vez?
Sin embargo, ese retrato robot del tipo que pone nuestro corazón a cien puede cambiar, porque las personas evolucionamos a lo largo de nuestra vida. A partir de nuestras vivencias nacen nuevas necesidades, y, en ocasiones, quien ahora responde a ese ideal deja de serlo al cabo de un tiempo. Tras algún que otro desengaño amoroso, muchos de los clientes de SamSara (agencia para encontrar pareja) tenían una idea muy clara de lo que NO querían. Y quien sabe lo que no quiere tiene mucho terreno ganado.
¿Dónde estás, amor?
Si maldices el día de San Valentín, porque te recuerda que, un año más, tú no puedes celebrarlo, es muy posible que te halles en situación similar a la de los clientes de las agencias como SamSara: llega un momento en el que los círculos sociales donde puedes conocer gente, se cierran. Es el entorno, y no tu personalidad ni tu falta de atractivo, el que te pone las cosas difíciles. Actualmente son muchas las barreras que el Amor encuentra a su paso: el estilo de vida, el lugar donde resides y largas jornadas destinadas a la carrera profesional.Un atractivo joven de 27 años lo explicaba así: «Vivo en una casa preciosa junto al mar. Pertenezco a una familia de negocios, dirijo una de las empresas de mi padre y ligo mucho. Pero la mayoría de las chicas que conozco prefieren ir a la discoteca y poco más. Quisiera encontrar una mujer con quien compartir buenos ratos de conversación, una tarde en el cine o una noche en el teatro, con la que comentar un libro que nos haya gustado a ambos... Si existe alguien así en mi ciudad, yo no la he descubierto». La descubrió gracias a la agencia de donde surgen los personajes de estos relatos basados en sus historias sentimentales. No vivía en su pueblo, pero durante años habían veraneado en el mismo lugar.
Y así topamos con otro equívoco: el flechazo. Muchas personas creen aún en los poderes mágicos de Cupido, en la idea de saber con total seguridad quien es nuestra alma gemela nada más verla. Pero la experiencia nos demuestra que sólo podemos enamorarnos a medida que conocemos en profundidad al otro y superamos las distintas fases y obstáculos que atraviesa toda relación.
Miedo de quererte
Sin embargo, más importante aun que conocer al otro es conocerse a una misma. ¿Tienes claro cuáles son tus deseos y necesidades? ¿Y tus temores? A menudo, el inconsciente nos juega malas pasadas y el miedo al compromiso nos crea dudas constantes sobre el hombre a quien creemos amar: ¿Me quiere? ¿Le quiero yo? ¿Me he equivocado?Son las trabas que una misma coloca ante sí: se construye un ideal de pareja tan increíblemente perfecto, que encontrarlo será imposible. Estas contradicciones suelen ser un reflejo de problemas de autoestima e inseguridad. Los terapeutas coinciden en afirmar que la mayoría de los conflictos de pareja provienen de falta de crecimiento y madurez de las personas que la forman. Los problemas individuales se vuelcan en la relación. Como decía Ruth, una de las protagonistas de estos relatos: «Encontré al hombre adecuado cuando fui una naranja entera».
Un artículo muy interesante. Yo afortunadamente tengo al hombre de mi vida pero sé lo difícil que es encontrarlo y es verdad que se cometen esos errores a veces.
ResponderEliminarUn artículo muy interesante. Yo afortunadamente tengo al hombre de mi vida pero sé lo difícil que es encontrarlo y es verdad que se cometen esos errores a veces.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Almudena. Alguien me dijo una vez que es más fácil que te toque la Lotería Primitiva que encontrar eso que llaman "la pareja ideal", así que sí, somos muy afortunadas, pero no solo por que una persona maravillosa se haya cruzado en nuestras vidas, sino por haber sabido comprometernos, forjar ese vínculo, alimentar lo que había germinado entre nosotros, cuidarlo y fortalecerlo para que perdure. Un saludo.
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