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Tríos sexuales: hablan los que lo prueban

El sexo liberal se ha democratizado, eso dicen las parejas que practican juegos sexuales como los tríos. Aquí cuentan sus experiencias. 

Tríos sexuales: parejas que explican sus experiencias

"Mènage a trois": Tú, yo… y alguien más

Los tríos están de moda. No lo digo yo, sino los sexólogos y los que visitan locales de ambiente liberal. Unas fiestas y juegos sexuales que hace décadas practicaba la gente más aburguesada. 

En los clubes, pubes y discotecas de este tipo, la clientela se siente libre para cumplir sus fantasías eróticas siempre que nadie se vea forzado a participar

Algunas parejas tienen suficiente excitación con mantener sus relaciones íntimas en un lugar público, a la vista de otras personas y hacer realidad así sus sueños exhibicionistas, otras buscan el intercambio, el trío y alguna noche, de manera espontánea, pueden encontrarse en medio de un grupo más amplio de personas que se tocan, chupan y acarician. Vamos, la orgía de toda la vida. 

¿Quién suelta lo de «Vamos a montar un trío»?

Suele ser el hombre quien propone el juego sexual, pero no porque esté aburrido de su pareja y haya dejado de considerarla atractiva. 

En la inmensa mayoría de los casos se busca el morbo, abrirse a nuevas experiencias excitantes y transgresoras

Jaime se lo propuso a Mónica cuando llevaban seis años de matrimonio. «Me costó mucho hacerme a la idea, pero me mentalicé y lo convertí en algo mío», cuenta ella. 

Algo parecido explica Pilar, de 32 años: «Al principio sentí algo de miedo, pero nunca cerré la puerta a probarlo. Cuando él me comentó que había montado tríos con sus anteriores parejas, le dije que tendría que pensarlo, pero que no le decía que no». 

Otras parejas se comunican abiertamente sus deseos de experimentar con el sexo liberal e idean juntos diversas fantasías. ¡Ojo!, que sean los hombres quienes suelan plantearlo no quiere decir que las mujeres no fantaseen también con estas experiencias. Muchas lo hacen, pero tienen miedo a confesarlo y a ser juzgadas por ello de forma equivocada. 

La pareja tiene que negociar qué juegos están permitidos

Sea cual sea la manera en que se inicien, las parejas deben cuidar su relación por encima de todo. Ninguno tiene que sentirse desplazado, algo que podría ocurrirte si tu chico se tira en plancha sobre la recién llegada y se olvida de que tú también existes y que tienes derecho a participar y divertirte. 

Algunas parejas definen estos juegos y a las personas que intervienen en ellos como “vitaminas” o “alicientes” que benefician su sexualidad. 

Dentro del pacto que hace la pareja se determina qué prácticas se realizan y cuáles no, algunas por ejemplo deciden que podrán acariciar y practicar sexo oral con la otra persona, pero que solamente tendrán penetración entre ellos, o que él puede penetrar a ambas mujeres pero solamente eyaculará con su pareja. 

Pilar, en cambio, no cree que sea necesario imponerse reglas de antemano, sino que surgen pautas de conducta de forma natural en cada contacto. «Las únicas pautas eran: preservativo para la penetración, educación, limpieza y gozar hasta los límites que cada uno quisiera marcar. Respetando siempre a la otra pareja». 

Tipos de juegos eróticos

Hay parejas que disfrutan jugando a obedecer uno las órdenes del otro: «Recorre todo su cuerpo con la lengua, pero todavía no chupes su clítoris… Ahora puedes introducir tus dedos en su vagina, pero no la penetrarás con tu pene hasta que yo lo mande…» 

Todo depende del papel que te guste representar esa noche o de las oportunidades que tengáis de hacer realidad vuestras nuevas fantasías. 

Quizá valga la pena seguir los consejos de Ana, relaciones públicas del local Encuentros, de Madrid: «Yo siempre le digo a las parejas que no vengan aquí con una idea en mente, sino que se tomen una copa, se relajen y que se dejen llevar por lo que pueda surgir esa noche, que improvisen. ¿No dicen que las fiestas improvisadas son las mejores? Pues con esto pasa lo mismo». 

Doble penetración: una práctica sexual difícil

Las que lo han practicado aseguran que es difícil conseguir la coordinación de movimientos, y que es preferible que sea la mujer quien dirija la coreografía. 

«Yo siempre les pido que se queden quietos, en una postura cómoda para los tres y que me permitan moverme a mí», nos cuenta una mujer en el club La Amistad, de Barcelona. Y añade: «Aunque yo no puedo con el coito anal y prefiero que mi marido y el otro chico me penetren por la vagina». 

No fue el único caso de doble penetración vaginal que nos encontramos. Si queréis conocer qué sensaciones físicas produce este tipo de prácticas sin necesidad de incluir a otras personas en vuestras relaciones sexuales, podéis probarlo con los muchos juguetes eróticos que existen en el mercado. 

Bisexualidad femenina

La mayoría de los hombres que nos hablan de sus fantasías de tríos, explican que durante un buen rato se quedarían contemplando cómo se acarician y juegan las dos mujeres (la suya y la invitada) sin intervenir hasta un rato después.

Han sido muchas las féminas que han descubierto su bisexualidad en los locales liberales, algo que no sucede con los hombres, mucho más homofóbicos que nosotras. Aunque hay chicas que se quejan de que algunas mujeres solo se limitan a «dejarse hacer» por otra, y que no se muestran activas, por lo que esa supuesta bisexualidad queda en entredicho.

Si el hombre es bisexual (heteroflexible, como le llaman ahora), difícilmente podrá dar rienda suelta a su sexualidad en los clubes, pero hay quien se lo monta contactando por Internet o en fiestas privadas con colegas de mentalidad abierta dispuestos a buscar nuevas sensaciones. 

Cómo contactar para organizar un trío o lo que apetezca

No cabe duda de que los locales liberales ofrecen la vía más rápida de encontrar una persona con quien montar tríos (tened en cuenta que hay más hombres solos que mujeres), y también para practicar el intercambio de parejas. 

En las revistas de contactos del ambiente liberal, como Gente Libre, hay que establecer una cita con los que se anuncian y puede que no os gustéis al conoceros, pero también resulta eficaz para muchas personas. Internet y las apps, cómo no, son la forma más rápida de contactar con el invitado a formar un trío o con otra pareja que busque un intercambio, pero hay gente que se cita y, al ver sin ser vistos a las personas en cuestión, se largan sin decir ni «mu» cuando no les gusta lo que ven. 

(La primera versión de este artículo vio la luz por primera vez en la revista Woman)
*Imagen: Magda Ehlers en Pexels

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