Mantener encendida la pasión a lo largo del tiempo es uno de los anhelos de casi todas las parejas. Aquí respondo a algunas preguntas sobre el asunto.
«Mantener la pasión no debe ser una obligación, sino algo que haces porque realmente te apetece»
¿Es posible volver a sentir ilusión por tu pareja cuando la relación parece dormida? ¿Es posible enfrentarse a la monotonía?
Esta es la entrevista que me hizo la revista Psychologies con motivo de la publicación de Sedúceme otra vez.
¿Hasta qué punto hace falta mantener el deseo para que una relación siga viva?
Es importantísimo para que se mantenga viva la relación erótica, para que los miembros de la pareja sean amantes, además de ser compañeros y amigos, además de tener un proyecto de vida en común. El error es creerse libre de la necesidad de mostrarse seductor con la persona que amamos desde el momento en que formamos pareja con ella. Eso es descuidar la relación erótica. Y no solo en el sentido de provocar sexualmente al otro. También las muestras de afecto son importantes. Muchos hombres en torno a los 40 aseguran que echan más de menos los gestos de cariño por parte de su mujer que el sexo. También deberíamos perder el miedo a la rutina. Porque es necesaria. Porque solamente cuando se establece una rutina, tenemos la oportunidad de romperla, de sorprender al otro. Y bastará con pequeños detalles. Sé de una mujer a quien no le gusta pintarse los labios, y en cuanto lo hace, su pareja interpreta la señal como un gesto de seducción. A él sí le gusta ver los labios carnosos teñidos de color cereza.
En la mayoría de parejas el deseo sufre altibajos con el tiempo, ¿es un error pretender sentir siempre el mismo nivel de pasión?
Dentro de un mismo matrimonio o relación de pareja, se viven muchos matrimonios a lo largo de la vida. Con la misma persona. Porque la relación no es igual al principio del romance, antes de vivir juntos, que cuando comienza la convivencia. Cambia ante la llegada de los niños. Cambia cuando los hijos se van de casa, o al tener que cuidar de los padres...
Lo importante es no olvidarse de que hay una relación que cuidar, por más que cambien las prioridades, de que podemos adaptarnos a las circunstancias y encontrar momentos para nosotros.
¿Puede seguir existiendo amor cuando el deseo se diluye?
El amor puede seguir existiendo, pero es diferente. Sería el amor que se tienen unos hermanos o unos amigos. Algunas parejas deciden continuar juntas porque sienten que no pueden o no desean vivir sin el otro. Me parece del todo legítimo. He sabido de parejas que tienen relaciones sexuales con otras personas para no romper con el ser junto al que desean envejecer.
Aunque vaya cambiando con el tiempo, ¿podemos lograr que la pasión se reavive si le dedicamos más atención o cuidados a la relación?
Por supuesto, esa es la clave. Hay quien cree que el deseo es algo que surge aunque andes por casa descuidándote y sin hacer una sola carantoña a la pareja. Y no es así. Aunque tengamos manía al “sexo programado”, lo cierto es que en aquella época que echamos de menos, cuando había chispa, antes de iniciar la convivencia, se planificaban los momentos eróticos, nada era tan espontáneo como creíamos: te arreglabas para quedar con el otro, la expectativa de lo que iba a ocurrir ya era excitante, reservabais una habitación de hotel o preparabais una escapada de fin de semana, dedicabais más tiempo a los besos aunque no hubiera sexo... ¿Por qué privarse de hacer todo eso, si tanto nos gustaba?
“Espontanearse” significa sorprenderse el uno al otro. Si queremos que el sexo sea espontáneo tenemos que planificar la sorpresa. Aunque si siempre lo hace la misma persona, no funcionará.
Tiene que existir interés por ambas partes, porque ambas partes son responsables de lo que sucede en la faceta erótica de la relación, como son también responsables los dos de la familia, de los cuidados de los hijos y de la casa... Ah, sí, eso también es importante para que la pasión se mantenga viva. Si una parte de la pareja está siempre agotada por tener que hacer de niñera-empleada-asistenta-esposa, ¿cómo le van a quedar energías para el sexo?
¿Es posible dejar de desear al otro de un día para el otro?
El deseo suele desaparecer poco a poco, sin apenas darnos cuenta, aunque llegue un día en que seamos conscientes de ello. Ese es uno de los motivos por los que no se le pone remedio a tiempo, antes de que se diluya del todo. Por ello es importante prestar atención a la relación erótica, aunque lleguen los hijos y cambien nuestras prioridades. De todos modos, hay quien puede sentir que el deseo y el amor desaparece de golpe cuando sufrimos una gran decepción.
¿Tenemos que preocuparnos cuando la cadencia sexual baja o verlo más bien como una fase que podemos superar?
Una excesiva preocupación nos puede conducir a estados de ansiedad que, a su vez, inciden en la pérdida de deseo o en disfunciones sexuales. Pero es recomendable observar si se trata de la pérdida de ganas de un miembro de la pareja o de un cambio en la relación, de que habéis comenzado a trataros como amigos, como compañeros, como padres del hijo que tengáis, pero no como amantes.
Si se trata de un descenso en la libido de una de las partes, y a esa persona tampoco se le van los ojos detrás de nadie, quizá se vea afectada por un cambio hormonal, por los efectos secundarios de algún fármaco o sufre un bajón anímico.
Es importante definir bien de qué se trata para ponerle remedio. A veces se confunde el aburrimiento de la pareja con la insatisfacción personal. Las parejas que consiguen mantener viva la pasión a lo largo de los años, son apasionadas, también, en otras facetas de sus vidas: con sus trabajos, con sus aficiones... No se puede esperar que sea la pareja quien cubra todas nuestras necesidades, que todo aquello que nos produzca satisfacción provenga de la relación. Eso sería sobrecargarla y ahogarla.
¿Puede causarnos inquietud el imperativo de que hay que mantener la pasión constantemente?
Si nos causa inquietud, es una mala señal. Mantener la pasión no debe ser una obligación, sino algo que haces porque realmente te apetece. El amor es un sentimiento, pero también es una actividad, es algo que “se hace”, y no me refiero únicamente al acto sexual, sino a que, cuando es auténtico, disfrutas demostrándoselo a tu amante, y no lo vives como un imperativo. No hay que confundir la actividad de amar con la conquista. Es un equívoco frecuente creer que la seducción solo tiene que practicarse durante ese periodo del cortejo. A quien le gusta conquistar debería saber que el más apasionante de los retos y el más difícil es seducir a quien ya se tiene. Y también el que más feliz puede hacerle.
*Imagen de cabecera: Fotografía de Daniel Lincoln en Unsplash
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